RUTINA Y ESTRES: VUELTA A CLASES
Vivimos este momento como el "gran inicio" del año, y nos estresamos por no saber frenar a tiempo. Niños y adultos nos dejamos avasallar por la rutina cuando lo único que no podemos perder de vista es disfrutar de nosotros mismos.
A LA ESCUELA
3/3/20254 min read
Aunque creamos que es algo que afecta a los adultos, los niños también pueden experimentar estrés y ansiedad ante las circunstancias que tienen en sus jóvenes vidas. El inicio del ciclo escolar puede ser una de ellas, tanto sea el comienzo en una institución nueva como en la que ya viene transitando, el hecho de cambiar y volver a la rutina ya es un hecho que les acomoda su día a día.
Así como a los adultos, es conveniente empezar algunos días antes preparando el terreno, para que los cambios sean lo más graduales posibles y así reducir el impacto negativo de la acomodación. Hablemos un poco sobre cómo podemos ayudar a nuestros hijos, de todas las edades, a lidiar con las emociones inquietantes de este nuevo inicio escolar.
Si notamos que nuestros hijos están un poco inquietos con la situación que los rodea (imagínense el acto de inicio, la música, la gente, las fotos, el cotorrerío, ir pero no ir a la escuela ese primer día... puede que sea un poco confuso), podemos tomarnos unos minutos y preguntarle si se encuentra bien, si está nervioso (esto ayuda a que reconozca sus propias emociones), que tome un respiro profundo con una exhalación controlada, que lo ayudará a calmar su sistema nervioso y así reduce la ansiedad.
Hoy podríamos aprovechar el día para organizar y planificar bien lo que será el inicio de la semana escolar. Tener la mayor cantidad de cosas establecidas y pensadas contrarresta la incertidumbre de "no saber qué me voy a encontrar", poniendo el foco en lo que sí puedo saber (lo que va a tener bajo control). En este punto, podemos organizar la rutina post horario de escuela: diseñar una agenda semanal en donde esté presente mucho tiempo de juego, pero también de tareas (de la escuela y del hogar), consignando horarios de estudios que sean realistas y alcanzables, junto a las otras actividades extracurriculares que pueda tener.
Tener una rutina clara les va a permitir acostumbrarse con mayor facilidad. Tener las comidas en el mismo horario les va a permitir tener previsibilidad y comenzar a acomodarse cada vez más autónomamente los tiempos (esto quiere decir, por ejemplo, saber cuanto tiempo tengo para bañarme en función de en cuánto tiempo estará la cena). Las rutinas brindan estructura y seguridad, lo que reduce la ansiedad, e involucrar a los niños en la creación de ellas los hará sentir parte de las mismas.
Quisiera recordarles a los padres que los tiempos de juego, ocio y diversión son SUMAMENTE NECESARIOS e IMPORTANTES en la vida de los niños, ya que es la forma en la que tienen de adaptar todo el conocimiento incorporado a su estructura mental del funcionamiento del mundo a su alrededor. Los deportes, las artes y los juegos son una saludable forma de reducir el estrés (para grandes y chicos), estimula su inteligencia y la socialización, favorece el sueño y la alimentación adecuada.
Lo más importante que tienen que tener en cuenta, no importa la edad de sus hijos, lo que más esfuerzo y voluntad tienen que poner como padres es en crear una COMUNICACIÓN ABIERTA y ASERTIVA, en donde sus hijos sepan sin dudas que les pueden decir lo que sea a ustedes y son fuente de sosiego, contención y amor infinito. Preguntarles sobre las cosas que les preocupan, sobre las cosas que lo hacen sentir desafiado (no solo en tareas escolares, sino en lo relacional con sus pares). Recuerden que la planta nace de la semilla y tarda tiempo en desarrollarse: si en la adolescencia y adultez deseamos tener una buena comunicación con nuestros hijos, ¿Cuándo creen que es el momento de sembrar esa semilla?
Pero no todo ronda en torno a los niños: los papás también nos llenamos de estrés en este momento particular del año, ya que para nosotros también es volver a la rutina escolar, a los malabares del transito y los horarios, la bilocación imposible que de alguna manera hacemos posible. Quisiera decirle a los adultos que lo primero para trabajar sobre el estrés es RECONOCERLO, entender que esa agitación mental es estrés, esa preocupación por la cantidad de cosas que hay que hacer en las escasas 24 horas del día es estrés, y que con un FRENO es la única manera de combatirlo. ¿No podes frenar? Tomate unos minutos, aquí te dejo una lista de opciones que se pueden acomodar a tus tiempos:
Cerrar los ojos, hacer 3 respiraciones profundas con exhalación controlada. Duración: 30 segundos.
Salir afuera de la habitación en la que estes, respirar profundo una vez, y enfocarte en un detalle de algo que esté muy lejos tuyo. Duración: 3 minutos.
Levantarte de la silla y caminar hasta la heladera (o dispenser), llenar un vaso de agua y tomarlo todo, en varios sorbos. Duración: 2 minutos (tomar el agua.... el resto depende de cuán lejos estemos de la heladera o dispenser)
Por las noches, tener un diario de registro del estres, para reconocer las situaciones en el día que nos pusieron tensos y nos hicieron perder la calma. Duración 10 minutos.
Cepillarse los dientes con la mano no dominante. Duración: 1 minuto.
Realiza estiramientos suaves y ligeros para liberar tensión muscular. Duración: 2 minutos.
¿Seguirán diciendo que no tienen tiempo para frenar?
Para finalizar, quisiera recordarles que los padres que nosotros somos los ejemplos a seguir de nuestros hijos. Los ejemplos ante todas las situaciones de la vida: las dolorosas, las ansiedades, los miedos, las agendas apretadas, las cosas que declinamos por seguir esos compromisos y las cosas que priorizamos por su verdadero valor (casi siempre no es monetario). Somos la ejemplaridad de los hábitos saludables, de cómo enfrentar los desafíos de manera positiva, de no temer a lo desconocido.
Pensar en el aquí y ahora nos ayuda no solo a reconocer el valor de lo que tenemos en nuestras manos (nuestros hijos), además de ser un gran tranquilizador de ansiedades. Poner límites sanos en nuestra propia vida, evitando ponernos en situaciones que nos ejerzan presión y estrés para no perder nuestro tiempo vital en donde no es necesario. Tomar tiempo para hacer actividades placenteras, reír con nuestros hijos, charlar con nuestras parejas.... las cosas sencillas de la vida, que la hacen plena y única.
¿Qué opinas sobre esta nota? Entre todos crecemos y aprendemos