MI MATERNIDAD CONSCIENTE

No tenemos las recetas mágicas de la mapaternidad perfecta, solo hacemos lo que nuestros sentidos nos convencen que es lo correcto. Entrenarnos para estar AQUÍ y AHORA para nuestros hijos será la mejor manera de descubrir lo mejor para ellos. Y para nosotros.

MAPATERNIDAD+

2 min read

a man and a child walking on a road with the sun setting
a man and a child walking on a road with the sun setting

Recientemente me he dado cuenta que ver crecer a mí hija de estaba dando una sensación agridulce. Por un lado, me pone muy feliz proponerle pequeños desafíos para fomentar su autonomía, pero con cada uno que logra cumplir me doy cuenta que va creciendo. Me enorgullece cuando lo logra, me pone feliz que acepte el reto, asuma el desafío de crecer -con un poco de rebeldía- y encare la propuesta, como si supiera que después va a tener un beneficio (o quizás sí lo sabe). Pero con cada obstáculo sorteado adquiere nuevas habilidades que la ayudan a crecer. Eso, ni más ni menos, crecer.

Me alegra haber podido tomado las decisiones que me permitieron estar presente, aquí y ahora, viviendo este momento. Presente no solo en cuerpo sino en consciencia de estar presenciando estos momentos de su evolución y desarrollo, que son únicos e irrepetibles. Decisiones que, por otro lado, me han costado mucho tomarlas porque me han dolido elegirlas. Dolores que logré superar para estar aquí y ahora siendo la mamá que siempre quise ser. Sentada en el piso jugando a la par, ensuciándome con ella, quizás vestida con la misma ropa de ayer y sin peinar, pero también queriendo mejorar para que ella siga un mejor ejemplo de persona.

No es sencillo construir un camino del que no tengo una referencia clara. Estoy transitando un camino de maternidad que no está escrito, no está guionado, sino que voy haciendo lo que voy creyendo que es adecuado para ella, para mí, para nosotros, para su futuro. No sé lo que ella decidirá pero sé que estaré ahí para verlo. Para acompañarlo. Para disfrutarlo. Con cada llanto intento enseñarle cómo manejar su frustración, intento enseñarle a canalizar y manejar eficientemente sus emociones, creyendo que eso es un legado importantísimo para su futuro.

Las nuevas etapas dan miedo, miedo a lo desconocido. Cuando abandoné gran parte de mi biografía para ser lo que soy hoy tuve mucho miedo, terror de caer por perder aquello que pensaba que era seguro para mi subsistencia. Pero soy feliz día a día y confío que ella también lo es, y eso me da la tranquilidad de creer que tan mal no lo estoy haciendo. El salto con verdadera fe no te deja caer, por más profundo que se vea el abismo.

Nadie nos enseña a ser padre/madre, y luchamos contra nuestras propias limitaciones en cada paso. Ser un mejor humano para ser un buen ejemplo es algo difícil, porque nos interpela en lo más profundo, porque necesitamos reconocer nuestras vulnerabilidades para potenciar nuestras fortalezas. Eso nos debería hacer sentir desafiados y motivados para no flaquear.

Mí hija me hace feliz, ser su mamá me hace feliz. Estar consciente de su evolución día a día me enorgullece. Yo creí que le di la vida y en realidad, ella me la dio a mí

¿Qué opinas sobre esta nota? Entre todos crecemos y aprendemos