LAS FORMAS DEL AMOR
Es complicado... Al principio de una relación se establecen reglas, las normas de contacto y de proceder así nos facilita dejarnos caer en el amor. Leído así, suena algo frío y metódico, pero lo vivimos en cada inicio de relación. ¿Qué pasa cuando tus reglas "chocan" con las mías? Hallar el punto medio será lo que nos traerá la paz, pero ¿Cómo hacemos?
COSAS DE PAREJA
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El amor nos encuentra siempre con la guardia baja, podríamos decir. Uno no va por la vida buscando al gran amor de su vida, sino que al conocer a una persona decide emprender un camino de descubrimiento y resulta que todo lo que hay del otro lado del arcoíris, es oro.
Y aunque todo lo que hay en esa persona nos encante, con sus luces y sus sombras, es necesario que se establezca -cual contrato- las normas y pautas que van a regir esa relación que comienza. Es absolutamente necesario que se aclaren algunas cosas, que se siembren algunos límites y que se abran algunas puertas, porque así como cada individuo es único y especial, las relaciones también lo son.
Esto es de gran beneficio para el amor, para poder ser vivido e interpretado de la manera adecuada, ya que no todos tenemos las mismas formas de amor. Se me viene a la mente una mujer cercana que me dice "yo no soy demostrativa, ni afectuosa, nunca te daría un abrazo... no me nace... pero sí te cocino para que comas hasta que te dormís sentado, eso sí... yo te cocino". Y en este simple ejemplo se ve que quien espera un abrazo como demostración de cariño, con esta mujer claramente no se va a sentir amado. Y aunque pueda serlo, el inconveniente está en que no se han dejado en claro mis formas de expresarlo y tus formas de interpretarlo.
Les cuento, brevemente, una experiencia personalísima. Cuando recién me casé, tenía la heredada costumbre de tomarme un día para planchar toda la ropa que usaríamos en la semana. Dejarla doblada y prolija era para mi una obvia demostración de cariño y esmero, que mi esposo iba a interpretar sin dificultad. Cuando él necesitaba una remera, tomaba la del medio desplomando toda la pila de ropa planchada. Me provocaba furia... hasta que un día lo increpé con angustiante frustración. Mi esposo me dio una gran lección: él me dijo que todas las mañanas revisaba el auto (que lo usaba prácticamente yo sola), el combustible, el agua, el aceite, los neumáticos y todo lo necesario para asegurarse que yo no tuviera ningún inconveniente en el camino. Claramente, yo no lo había registrado, y él pensaba que era un obvio gesto de amor. Allí entendí que cada uno tenía una forma de demostrar su amor, su preocupación por el bienestar del otro, una mirada diferente para facilitarle la vida al otro y hasta que no lo conversamos, no pudimos verlo.
Algunas cosas no son obvias: no todo el mundo fue bien criado o bien transitado en los caminos del amor y las relaciones humanas, y muchos venimos con malos hábitos que son difícil de modificar. Ser claros con las cosas que nos gustan o que le damos más importancia va a ser beneficioso para la relación, ya que el mérito no está en descubrir qué es lo valioso para nosotros, sino que haga aquello que será tan significativo.
No perdamos tiempo en búsquedas idílicas de tesoro: el tesoro es el otro, es el mapa y el viaje.
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