La familia sobrevive a las mentiras
Son muchas las influencias actuales sobre la 'mala idea' que es formar una familia, que solo es un estorbo en el camino de la realización personal profesional. Las mentiras caen con su propio peso, la familia es la base de todo... pero a veces, lo descubrimos muy tarde.
Lic. Horacio Colombo
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¿Será cierto?
¿Cuántas posibilidades tiene de engañar la mentira?, solo una, que se la tenga por cierta. La mentira, que parece haber adquirido notoriedad actualmente, es que la familia pasó de moda, que hoy tiene una composición diferente, más libre, sin el compromiso de tener la responsabilidad como protagonista. Y nada más distante de la realidad si el objetivo es el bien común. La familia no es cuestión de moda como un color de verano o un lugar turístico dónde se agolpa la gente. Desde los inicios, en los cuáles el hombre primitivo se reunía en las cavernas para reparo del clima hostil alrededor del fuego, junto a su compañera y crías, hasta nuestros días, en los cuáles la informática y la inteligencia artificial pretenden alzarse con el cetro del avance demoledor del modernismo, la familia puede haber variado el formato, pero jamás la esencia.
Nada puede suplir la conexión espiritual y material del cordón umbilical, ni la necesidad del gameto masculino para iniciar la gestación biológica. Son participantes excluyentes de la matriz Divina que desemboca en la tríada padre, madre, hijo. Tampoco nada ni nadie puede disminuir la expansión de amor envolvente, en el hogar que recibe a una criatura gestada en un vientre ajeno, como si fuera el propio.
La base del entendimiento que genera el cambio en la creciente tendencia carente de responsabilidad en la familia, es el incremento de la anomia moral con resultados catastróficos que vemos a diario (entendemos como moral todo aquello que no perjudique a un tercero, física, mental y espiritualmente, ya sea de palabra, acción o pensamiento): falta de respeto a las personas mayores, intolerancia a la frustración sin capacidad de reflexión, ansiedad por satisfacción inmediata, hedonismo, consumo de sustancias que duermen los sentidos materiales transformándolos en pesadillas, mayor atención a la “pantalla" que al diálogo, y un largo etc.
En síntesis, la familia es una construcción que inicia y se hace práctica de manera circular volviendo a los orígenes del hombre, donde socializar fue el verbo que dio movimiento a la convivencia y el crecimiento por el bien propio y del entorno. Pero es más, aún para aquellos que sostienen que la familia ya fue, que es algo que pasó de moda, es momento de recapacitar porque como tal… siempre vuelve.
Horacio Colombo, Lic. en Ciencias para la Familia (UA)
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