EL FUTURO QUE DUELE

Una noticia policial que nos duele profundamente. Una niña, una vida arrebatada por otros niños. ¿Qué estamos haciendo mal? La familia es la base de la sociedad, y es reflejo de lo que somos. Pensemos entre todos cómo volantear y cambiar el rumbo.

FAMILIA+

2/26/20253 min read

Amanecimos hoy con una tragedia irreparable. Una niña victima fatal de un crimen perpetrado por dos adolescentes de 14 y 17 años. El dolor de una familia destrozada y de una sociedad que se pregunta a sí misma "¿qué nos está pasando?". De dos maneras distintas, estamos dejando que nos arrebaten el futuro, por un lado una vida inocente, por el otro lado dos adolescentes perdidos.

Podemos filosofar un largo rato, pensando y argumentando por qué esos jóvenes llegan a esos límites de la delincuencia para obtener un lugar en el mundo. Un lugar que EVIDENTEMENTE es en la familia y que, de algún modo, no lo están teniendo. Un lugar de cuidado, de respeto al otro, de valoración personal; la enseñanza de que no es más valioso el más fuerte, sino que tenemos un valor supremo por el solo hecho de ser y hacerle sentir, a través del amor, ese valor único de hijo amado. Cosas que, a medida que los prontuarios salen a la luz, se evidencia que no hubo.

"¿Por qué un jovencito adolescente sale a delinquir?"

"¿Comprende fehacientemente la criminalidad del hecho?"

"¿Es lo que ha aprendido de su entorno, desconociendo lo que está bien y está mal?"

"¿Está bien que bajen la edad de imputabilidad?"

"¿Cómo se reinserta en la sociedad una persona que le ha arrebatado la vida a otra?"

Hay preguntas que nos ponen de un lado y del otro de una grieta moral, pero el problema aún queda: qué hacemos como sociedad por nuestro futuro, nuestros jóvenes. Pienso en países como Finlandia en donde las cárceles prácticamente no se usan, porque estoy convencida que en donde han puesto toda la inversión es en educación. Educando al ciudadano, a las familias, educando a las sociedades logramos el cambio de la humanidad. Pero de alguna manera encontramos que acá es aún una materia pendiente.

Lo único claro es que las victimas tienen cadena perpetua. Sus familias tienen cadena perpetua. La sociedad queda gravemente herida pero no es el único mal que le aqueja, tiene uno muy malo que no la deja progresar: nuestra sociedad sufre de OLVIDO. La noticia fresca de hoy, se hace sepia mañana, los únicos que no olvidan son las familias afectadas.

¿Cómo nos podemos involucrar? ¿Cómo podemos hacer que las cosas cambien? ¿Qué hacemos desde nuestros lugares para crear una mejor sociedad, una mejor provincia, un mejor estado, una mejor ciudad, un mejor barrio? ¿QUÉ HACEMOS POR TENER CADA DÍA UNA MEJOR FAMILIA? Hablemos de este tema en familia, discutámoslo. Hablemos como nos duele como sociedad, empaticemos con el dolor de esas familias, y llamémonos a la acción. Dejemos de pensar que es imposible cambiar las cosas. Somos más de 8.000 millones de seres humanos en el mundo: ¿acaso más de 8.000 millones de granitos de arena no hacen un desierto?

Hablemos con nuestros hijos, hablemos con nuestros padres, hablemos con nuestros hermanos, tíos, primos... Movamos ese avispero de la conciencia social desde la familia. Con un simple "¿te enteraste lo de la nena de La Plata? Qué tragedia". Y veamos que pensamos, qué sentimos, escuchémonos. Preguntémonos, reflexionemos juntos. No dejemos que la barbarie nos pase por al lado sin cambiarnos, sin horrorizarnos, sin interpelarnos de algún modo.

No le temamos a la grieta: expongamos nuestras opiniones y argumentos, empaticemos con el dolor, con la tragedia. Seamos humanos, aunque no tengamos contacto con las víctimas del hecho, como sociedad todos somos victimas. No dejemos que la sangre se derrame sin que nos duela hacerlo. Que las discusiones sobre este tema nos ayuden a reflexionar, que no se lo lleve el viento nuestras palabras. Que nos ayude a llegar a una respuesta sobre qué es lo que está fallando y qué es en lo que debemos poner más energía. Tal vez eso lo podamos hacer desde nuestras casas, con comunicación asertiva, con escucha plena, con abrirnos a los que más amamos y protegerlos desde donde más hace falta.

¿Qué opinas sobre esta nota? Entre todos crecemos y aprendemos