DROGADICCION EN LA FAMILIA: entender para ayudar

Las familias que luchan con esta dificultad atraviesan momentos de confusión, alteraciones de las dinámicas familiares y necesitan mucha comprensión y respeto. Entender cómo viven estos procesos nos permitirá empatizar y ayudar como necesitan ser asistidos.

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La situación de tener un hijo con problemas de adicción a las drogas puede ser profundamente dolorosa y compleja para toda la familia. Cada miembro de la familia puede experimentar esta situación de manera diferente, según su rol y relación con la persona afectada. A continuación, se describe cómo podría vivirse esta experiencia desde las perspectivas de los padres, los hermanos y abuelos.

Los padres suelen ser los más afectados, ya que sienten una enorme responsabilidad directa sobre el bienestar de su hijo. Experimentan una mezcla de emociones que incluyen: Culpa y autoreproche, los padres pueden sentirse responsables de la situación, cuestionando si hicieron algo mal en la crianza de su hijo o si podrían haber prevenido la adicción. Miedo y ansiedad constante: Temen por la vida y el futuro de su hijo. Pueden experimentar insomnio, preocupación constante y estar siempre alertas a cualquier señal de peligro. Tristeza y desesperanza: Ver a su hijo sufrir y perderse en la adicción genera un profundo dolor emocional. Pueden sentirse impotentes al no saber cómo ayudar o al ver que sus esfuerzos no producen cambios. Conflictos familiares: La situación puede generar tensiones entre los padres, especialmente si hay desacuerdos sobre cómo abordar el problema. Esto puede llevar a discusiones y, en algunos casos, a una ruptura en la relación de pareja. Agotamiento: La lucha constante para intentar ayudar a su hijo, gestionar las crisis y mantener la vida familiar puede llevar a un agotamiento físico y emocional. Verguenza y aislamiento: en algunos casos, se sostiene una fachada de familia ideal frente a la sociedad, en la que admitir que atraviesan este problema con sus hijos, los aleja de las posibilidades de contar con una verdadera red de contención al no poder contar la verdad sobre lo que estan viviendo.

Los hemanos también son profundamente impactados, aunque de maneras que pueden variar dependiendo de la edad, el género y la cercanía con el hermano afectado. Pueden tener sentimientos de abandono, ya que los padres están tan concentrados en el hijo con adicción que ellos quedan relegados o desatendidos. Confusión y vergüenza: especialmente si son jóvenes, pueden no entender completamente la situación y sentirse avergonzados de hablar sobre ello con amigos o en la escuela. Resentimiento: hacia el hermano con adicción, por el caos que genera en la familia, o hacia los padres, por centrar toda su atención en él. Preocupación y miedo: Al igual que los padres, los hermanos pueden sentir miedo por la salud y el bienestar del hermano afectado, temiendo que algo terrible pueda suceder, y no poder ayudar a sus padres a combatir la situación. Deseo de ayudar: Algunos hermanos pueden intentar ayudar, asumiendo roles de cuidador o intentando apoyar emocionalmente al hermano con adicción, aunque a menudo se sienten impotentes.

Los abuelos pueden experimentar un tipo de dolor único, ya que no solo sufren por su nieto, sino también por ver a sus propios hijos (los padres) luchando con la situación. Sentir emociones como tristeza y pena profunda: sufrir al ver el sufrimiento de su nieto, pero también al ver cómo la situación afecta a sus hijos, luchando contra las adicciones. Incertidumbre: A menudo, los abuelos no saben cuál es su lugar o cómo pueden ayudar, lo que puede llevar a sentimientos de inutilidad o frustración. Preocupación por el futuro: no solo por el futuro de su nieto, sino también por el bienestar de toda la familia, temiendo por las consecuencias a largo plazo. Intentos de mediación: Algunos abuelos pueden intentar mediar en conflictos familiares, ofrecer consejos o apoyo emocional, aunque a veces esto puede no ser bien recibido, por ofrecer alternativas que no son viables u obsoletas en este tiempo.

Cada perspectiva es única y refleja las diversas formas en que la adicción puede impactar a una familia. La situación es dolorosa y compleja, y a menudo requiere apoyo profesional para todos los involucrados para poder enfrentarla y encontrar maneras de sobrellevarla. Entender y empatizar con las familias que afrontan este flagelo nos permitirá brindar la ayuda adecuada para la necesidad que cada uno tiene. Saber cuáles son las posiciones que cada uno tiene y cómo puede ayudar en el plano general, va a permitir que la familia despliegue su capacidad de resiliencia y unión para afrontar esta lucha y vencer, juntos.

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