Amor

Todos decimos saber qué es pero ponerlo en palabras es lo más difícil del mundo. Defender el amor, defender a los que amamos, construir.... de eso se trata. ¿Y donde se aprende? En casa.

FAMILIA+

2 min read

text
text

Doblo mis rodillas y uno las palmas de mis manos en oración, para expresar sumisión y respeto a la Sustancia Magna que da movilidad y expresión al ser. Por Amor, la semilla crece y se regulan las mareas. Por Amor giran los planetas y brillan las estrellas. Por Amor se extiende la mano que construye y se contrae la que destruye. Por Amor los padres cuidan a sus hijos y luego por Amor, los hijos cuidan a sus padres. Por Amor a la Vida y la Verdad, el Amor instituyó la familia.

Los griegos clasificaron el amor de manera magnífica. Eros, filia, storge y ágape.

-Eros para ellos tenía un alcance mayor que el deseo febril de un contacto corporal; lo sindicaba como la búsqueda de placer escapando al control de múltiples apetitos convertidos en manía.

-Filia, amor sin Eros. Es el surgido entre los amigos, que no exige nada uno de otro. El cielo de la amistad genuina no sabe de tormentas. El amor filial desconoce celos y/o envidia, es entrega centrífuga de la verdadera esencia.

-Storge, el amor familiar, que alcanza al grupo nuclear y se derrama a la familia extensa. Un sentimiento profundo de afecto no fingido, enlazado con una diamantina conexión emocional.

-Ágape, amor incondicional, pleno de altruismo, misericordia, generosidad y compasión. Sinergia plena y amorosa hacia toda manifestación de vida. Conversión de lo individual a lo colectivo en búsqueda del bien.

El advenimiento de la era digital pretende con su arrolladora tecnología hacernos creer que no queda nada que aprender acerca del amor. Sin embargo, no existe algoritmo o inteligencia artificial posible que explique la sensación que produce un atardecer, el encuentro indescriptible de miradas entre una madre y su bebé en brazos. El dolor ante la partida de un ser querido, el afecto cálido entre padres e hijos o el reencuentro enlazando corazones. Queda mucho por aprender acerca del amor y la familia es el aula en la cuál se dictan cada una de sus materias. Paciencia, compasión, escucha, empatía, responsabilidad. Materias todas, junto a otras tantas de unidad, las cuáles el tiempo no descascara, sino renueva permanentemente.

No es casual que el romanticismo señale al corazón como el recipiente del amor y que éste cuente con cuatro cavidades. En cada una reside uno de los tipos de Amor que enunciaron los griegos. De ahí que la falta de equilibrio entre ellos produzca su desarmonía.

No existen recetas para la pedagogía familiar del Amor, de la misma manera que 10 milanesas hechas por 10 personas distintas no salen igual, aun teniendo los mismos ingredientes. Es la esencia de cada cocinero manejando la proporción y calidad de los componentes lo que le da particularidad al plato.

Ama y haz lo que quieras, expresó san Agustin. Pero no para impregnar de libertinaje nuestro accionar sino para inundarlo de virtudes y principios que nos eleven de la mediocridad.

Horacio Colombo. Lic. en Ciencias para la Familia (UA).

¿Qué opinas sobre esta nota? Entre todos crecemos y aprendemos